martes, 31 de julio de 2007
Que del suelo broten esmeraldas
Hay ciertos días en los que la palabra belleza no logra describirte por completo.
Hay días en los que te quiero mucho más.
Hoy es uno de ellos.
Altiva, maravillosa. Con la blusa verde que confunde mis sentidos, la sonrisa que promete. En unas horas tus ojos se llenarán de asombro al abrir Erik sus juguetes de cumpleaños. Sus cuatro años y tu rostro, combinación ideal para abandonar el mundo extasiado por mirarlos. Quisiera atraparte para siempre.
Y que nunca te alejes de mí, que cada noche hasta la última me digas te amo, que me lo recuerdes con tus besos; que lluevan cascabeles, caigan las estrellas, y que del suelo broten esmeraldas.
Hoy es uno de esos días en los que cada minuto se llena de tu aroma, de la hermosura con la que caminas, pasas a mi lado, nos hacemos uno tomados de la mano.
Hoy te quiero mucho más.
Estarás ahí, sentada a mi costado, dormitando, olvidándote del viaje. Dejando atrás por unas horas lo complicado de tu semana. Yo te observo.
Te pido poseerme.
La urgencia de tu piel, los escarceos para buscar la suavidad de tu entrepierna, el tono suave con el que quisiera, como un sortilegio, enamorarte. Yo lo estoy.
Hoy es uno de esos días, que del suelo broten esmeraldas.
Qué porte, qué hermosura.
Cuánto amor.
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