Y un día cualquiera estabas a mi lado. Suficiente un cruce de miradas para que, entonces, se unieran todas las galaxias; cataclismos e ilusiones se hicieron uno mismo, bajaron a la tierra el poder y la pasión, la existencia supo de razones y la realidad se tornó en un sólo beso. Me enamoré, Claudia Liliana Moscoso. Profunda y eternamente, del brillo que emerge de tus ojos, de la sonrisa encantadora; de tu cuerpo y de tu voz
De inicio a fin, de mañana a anochecer. Todo. Del alba al ocaso, de hora cero a veinticuatro. Del despertar a la ensoñación, de un crepúsculo a otro igual. Todo. De antes meridiano a medianoche, de que sale a que se oculta el Sol, también cuando se muestra o esconde --¡vaya Luna!--. Todo. Todo el tiempo --todos los relojes, todos-- yo te amo...
Si abres mi perfil, encontrarás en grupos, textos, crónicas, reportajes... La esencia de la vida; la exacerbación de las sensaciones. La felicidad. Qué decir de mí, que me encantan varias cosas en la vida, como la investigación, la lectura, la música, la velocidad y una gran cantidad de aromas y sabores. Pero sobre todo me apasiona escribir y, lo más importante, ser amigo, ambas, lo que mejor me sale. Si me necesitas, ahí estaré.
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