lunes, 28 de mayo de 2007
...ese rostro tuyo...
Los minutos compartidos en ese ejercicio interminable que inicia al cruzar tus dedos con los míos son parte de una magia que no logro comprender pero hechiza mis sentidos tanto como el momento en que te sientas a mi lado y sonríes o cuando caminamos por las viejas y maltratadas calles de la avenida Juárez con mi brazo alrededor de tu cintura y mis ojos adueñándose de ese rostro tuyo siempre tan igual y tan distinto que ha logrado convertirme en un coleccionista de tu imagen de la que me apodero irrefrenablemente hasta en mis sueños...
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