jueves, 8 de marzo de 2007

Estás aquí,


en todas mis lunas. En cada paso, en los camiones, la música, los soles. Estás en el viento que por las tardes, enfadado, enfría todos los rostros, en el aroma que al andar derramas. Estás en mi mente y en mis ojos, en el suave tacto del cabello, en tu eterna sonrisa enamorada. Me gusta tu presencia. Es dulce, delicada, tierna; avasallante. El corazón da vuelcos cuando mis manos contactan tu cadera y mi alma asoma a la tuya a través de la unión de nuestros cuerpos. Te quiero. Tanto como nunca, tanto como siempre.

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